El señor de las moscas
Por Juan Roa De Ávila
En el señor de las moscas podemos identificar algunos de los elementos relacionados con los conceptos sociológicos definidos Emile Durkheim. Al margen de las definiciones planteadas por este sociólogo francés, en las imágenes se refleja el concepto de lo que definió como Solidaridad, tanto mecánica como orgánica.
Al hacer un breve recuento, la película trata la
historia de un grupo de niños que, infortunadamente, se encuentran perdidos en
una isla. De entrada, son conscientes de que deben organizarse y distribuirse tareas
en pro de aportar a la subsistencia colectiva. Deciden hacerlo hasta el punto de
que un miembro es elegido por acuerdo mutuo y a partir de ahí se genera la
división grupal, lo que desencadenará en enfrentamientos entre ambas
ideologías. Al final, la llegada de los militares, en el papel, acaba con la
discordia. Esto es, básicamente, el cuerpo de la historia.
A partir de la descripción, resulta interesante analizar
la película desde el punto de vista del sistema legal; preguntarse a partir de
qué parámetros empiezan a fundamentarse las reglas y qué rasgos podemos encontrar
con relación a lo planteado por Durkheim.
El hecho de que un grupo de niños perdidos en una isla
tenga que organizarse y establecer normas comunes para poder sobrevivir, al
menos hasta el rescate, nos muestra un rasgo importante de conciencia colectiva
como fuerza unificadora, refiriéndose a estas como las creencias compartidas.
Y, además, sancionar a cualquier miembro que viole los parámetros morales colectivos.
En la cinta, como ya se mencionó, se refleja los dos tipos
de solidaridad a los cuales Durkheim hacía alusión: Solidaridad mecánica y
Solidaridad orgánica. La primera, reflejada en la forma en cómo el grupo compartía
sin diferenciación alguna semejanzas e ideales. Y la segunda, Solidaridad
orgánica, donde cada uno de los miembros llevaba tareas propias que les
permitían aportarle al desarrollo de su conjunto, en tanto no existía una
institución competente que cumpliera una función neutral. De hecho, en una
discusión que sostienen Jack y Ralph, el primero le dice: “¿A quién vas a
recurrir? debes defenderte ti mismo”.
El que no existan instituciones dentro de una sociedad
mecánica significa que al compartir los mismos ideales todos le apuntarán a la
penalización según a la moral colectiva que rija. Cometer una ofensa contra el
grupo significa no solo faltar a la integridad de un individuo, sino de toda la
masa. Este aspecto se denota en el desarrollo de la película cuando uno de los
miembros es rodeado y castigado a golpes.
Precisamente es partir de ahí donde se empieza a
justificar los hechos que son socialmente aceptados. El segundo caso, el de Piggy,
quien resultó muerto al tratar de establecer la unión y romper con los grupos. Lo
mata uno de los miembros de Jack tirándole una piedra en la cabeza.
Los rasgos políticos también se denotan. Y se evidencian
al principio. Los niños eligen en acuerdo común a Ralph como su representante, con
el fin de que ocupara la cabeza visible, liderando las tareas y la
organización.
Llama poderosamente la atención el que Jack, Piggy,
Ralph y el resto de protagonistas, como
son niños, probablemente –la historia no lo cuenta- ya hayan vivido bajo un
sistema organizativo de adultos (sus padres). Entonces asalta una pregunta: ¿Por
qué no establecieron un modelo anarquista, jerárquico y por el contrario decidieron
organizar un sistema democrático de convivencia, de unión, consciente de a
partir de ahí nacía la fuerza? Este aspecto, probablemente, pueda corroborar
aquella afirmación de que “el hombre es un ser social por naturaleza”.
Jack basa su liderazgo en el hecho de proporcionar de
alimentos a todos, razón por la cual se inicia un proceso de dependencia de
otros niños hacia este líder y deciden pertenecer a su grupo por las
necesidades de supervivencia. Reteniendo este concepto, se puede establecer la
relación que cohíbe a la solidaridad con la supervivencia y la confianza; mientras que la Solidaridad orgánica se basa
en las normas legales que buscan como fin último la estabilidad.
Cabe resaltar un concepto
que también deja ver la película, y es el de control interno. A medida que se hacía más densa la población, aparecía
la división social del trabajo, precisamente a lo que él denomina la solidaridad orgánica. Se divide la
sociedad en término de funciones.
Al comienzo se puede notar
que los niños están en semejanzas, no hay diferenciación entre personas, no hay
propiedad.
En conclusión, El Señor de las Moscas es una película
que muestra claramente cómo al desaparecer las estructuras y convenciones
sociales, así como al desvanecerse la línea entre lo correcto y lo incorrecto,
es posible que uno pierda hasta el principio moral más básico, el respeto por
la vida, las normas.
Basa su desarrollo en una
postura casi que pesimista en los personajes, que son un reflejo de la sociedad.
De esta forma, la intención es transmitir cómo se vive en una sociedad y de
cómo es capaz de organizarse colectiva, moral y legalmente, imponiendo ciertas
normas que someten a los demás.
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